Sunday, January 21, 2007

LA UNIDAD DE LA TETRALOGÍA

El doctor Diego Oquendo, en su programa de las mañanas en Radio Visión, me hizo varias preguntas interesantes, contestaré en este blog algunas que me parecieron especialmente esclarecedoras. Por ejemplo esta: ¿Cómo conseguir UNIDAD en una obra compleja, con cuatro novelas, con más de 140 años relatados, con alrededor de cincuenta personajes? Hay un elemento unificador fundamental: El tema de El Breve Reino, a este le dedicaré una entrada aparte.
La unidad de obras seriales (trilogías, tetralogías…) se puede conseguir de maneras diversas, la más generalizada es usar un solo protagonista, es el caso de la serie de EL PADRE CAMILO, de Guareschi, o el del caminante protagonista de la TRILOGÍA DEL VAGABUNDO de Kunt Hamsum. Otra manera es mostrar los mismos eventos desde distintos puntos de vista, como L. Durrell en EL CUARTETO DE ALEJANDRÍA; una más es la de “las cajas chinas”: contar una historia que dentro de si tiene otra, que dentro tiene una tercera… el ejemplo que me fascina de este tipo es EL CLUB PICKWICK de Dickens.
Hay, pues, muchas maneras de “serializar” un relato; considerando el trasfondo histórico del mío, pude simplemente contar las cuatro historias de manera totalmente independiente, dejando que solo coincidieran en la memoria social de la comunidad –el Ecuador- en la que se desarrollan: en todas habría referencias a los mismos hechos históricos, a los mismos lugares, a las mismas costumbres, etc.
Opté por una vía diferente, próxima a la de “las cajas chinas”: cada novela se gesta en la anterior en varios niveles: el germen de la intriga está en la historia previa, por ejemplo, un personaje secundario de la primera novela tiene la idea de construir una nueva capital para Ecuador, y este propósito animará toda la segunda novela; también el protagonista de una novela nace en la que precede. Un conjunto de personajes secundarios se pasean de una historia a la siguiente, envejeciendo, volviéndose casi fantasmales; hay una serie de objetos mágicos que reaparecen en todas las historias. Y está Cosmo, por supuesto, un bello adolescente perverso que se pasea por todos los relatos…
Los protagonistas se agotan en cada novela –se desvanecen- pero los otros elementos mencionados soportan el mundo narrado, son su tejido, su UNIDAD.

Sunday, January 14, 2007

EL NARRADOR

El narrador es un invento del escritor, es el que cuenta la historia y puede (como en el caso de Crónicas del breve reino), tener hasta un nombre. Siempre tiene una personalidad: a veces es un narrador estúpido (como en El conde de Abrantos, de E. de Queiros), o uno brillante y erudito, como el que narra los cuentos de Borges.
El narrador, a veces, lo sabe todo, es como Dios: omnisciente. Sabe lo que hay en las cabezas de todos los personajes, sabe del pasado y aún del futuro del mundo que narra. En otros relatos, el narrador “se pone en la piel de un personaje”, no es que ese personaje cuente la historia sino que el narrador solo sabe lo que sabe aquel personaje desde el que se narra, tiene sus limitaciones cognitivas, históricas y sicológicas. No sabrá más que lo que pasa en la cabeza de ese personaje desde el que se cuenta la historia, no sabrá lo que ese personaje ignore y, por tanto, no podrá narrarlo.
Un narrador omnisciente, por ejemplo, sabe lo que sucede en todas las habitaciones de una casa, uno focalizado en un personaje, contará solo lo que sucede en la habitación que ocupa ese personaje.
Crónicas del breve reino cuenta la disgregación y degradación de un reino, de un país, de un ideal. Y quise mostrar esa disgregación con un cambio en el narrador, cambio que, además, evita una monotonía que puede ser peligrosa en una obra tan larga. Así pues, en la primera novela, usé un narrador omnisciente, es el ojo omnisapiente que lo ve todo y expresa el momento histórico que muestra el relato: parece que el sueño de racionalidad y bien social que anima a los personajes está por hacerse realidad; el narrador tiene una perspectiva central y superior. La segunda novela, en la que ese ideal o sueño empieza a mostrar sus falencias, se cuenta desde un narrador que limita su visión del mundo a la del protagonista, se cuenta desde Aquilino, el héroe de la historia; el narrador ha perdido su posición de superioridad, pero conserva una ubicación central. En la tercera novela, como ese Reino ideal –el país- está ya en decadencia, el narrador se ubica en la visión de un personaje secundario, que acompaña al protagonista, pierde también esa perspectiva central. En la cuarta novela, cuando el Reino aquel está ya completamente disgregado, el narrador también se disgrega: se cuenta la historia desde varios personajes: a veces desde el protagonista, a veces desde su enemigo, a veces desde un personaje testigo…
Espero que esta transición del narrador, que intenté fuera muy discreta, sirva para aligerar la lectura y para dar cuenta, en la forma de la tetralogía, de lo que alienta en su médula.

Saturday, January 06, 2007

CUATRO NOVELAS “DE GÉNERO”

Podemos definir el género literario como un acuerdo entre el escritor y el lector que vincula –en un relato- un tipo de personajes con un tipo de intriga, con un conjunto de temas y con una estructura narrativa. El peso específico de cada uno de esos elementos mencionados y su patrón de interacciones hace que los diferente tipos de relatos se distingan unos de otros: La novela histórica es una narración cuyos personajes y estructura están magnetizados por la Historia, es decir, por la espiritualidad de una época pasada. La novela policial tiene un personaje que busca –el detective- y otro que es buscado, el criminal. En la novela de aventuras unos personajes con el pretexto de una búsqueda –de algo o de alguien- se internan en un medio extraño y difícil –selvas, mares o desiertos-, la hostilidad de esos entornos los afecta física y sicológicamente, llevándolos a los extremos de lo humano. La novela de Ciencia Ficción es la crónica de la relación problemática que se establece entre unos sujetos y una realidad científica llevada a un extremo lógico.
CRÓNICAS DEL BREVE REINO tiene estos cuatro géneros. La pregunta que me han hecho (que me ha hecho bondadosamente Yanko Molina) es: ¿Por qué abundar en géneros? Y es que, lo reconozco, parecería que trato de demostrar una suerte de virtuosismo, como esos músicos que pueden tocar cuatro o cinco instrumentos…
Modestia aparte, no trato de hacer eso. He escrito la tetralogía así por dos motivos:
1.- Porque los cuatro usados (histórico, policial, de aventuras y de Ciencia Ficción) son géneros realistas, todos parten de la realidad, aún el último que parecería fantástico, no puede subvertir las leyes de la ciencia que conocemos. Los cuatro géneros, por tanto, me permitieron mostrar la mismas realidad (la de ese país imaginario: el Ecuador) desde cuatro perspectivas diferentes, pero próximas y rigurosas.
2.- También escribo novelas “de género” porque ante los géneros el escritor puede ser un converso (si respeta sus reglas de construcción) o un perverso (si las subvierte, si las usa problemáticamente). Esta tensión entre el converso y el perverso me ayudaron mucho al construir la tetralogía porque es más fácil crear en el conflicto, en los caminos que recorren zonas poco iluminadas y peor definidas…
Por eso CRÓNICAS DEL BREVE REINO es una tetralogía que teje cuatro historias en cuatro géneros diferentes.

GRACIAS

La tetralogía, por fin, está ya en circulación y muchos lectores se ha comunicado ya a mi e-mail de contacto, lo que agradezco inmensamente. Varios amigos (en persona o por mensajes)me ha hecho preguntas que me parecen interesantes y que, paulatinamente, iré contestando tanto para cumplir con quienes me han interrogado como para aclararme yo mismo en algunos temas de la creación literaria. Gracias por sus voces, amigos, y sigan comunicándose.
Un abrazo,
S. Páez